Los ministros de Cultura de la Unión Europea adoptan la declaración de Cáceres en la reunión informal celebrada en Cáceres el 25 y 26 de septiembre, en el marco de la Presidencia española del Consejo de la UE.
Cultura es lo que da sentido a la vida. Cultura es ensanchar lo real a través de lo soñado. Cultura es convertir lo banal en imprescindible, lo efímero en eterno. Cultura es hacer gigante lo pequeño, infinito lo perecedero. Cultura son derechos, cultura es libertad. Cultura es progreso y sobre todo democracia.
Preámbulo
Mientras resuenan y nos duelen los ecos de la guerra en el corazón de Europa, los ministros de Cultura aquí reunidos queremos afirmar nuestro compromiso público con la cultura. Porque la cultura es a la vez razón y corazón, es pasado, presente y futuro. Porque la cultura es la piedra angular del proyecto europeo. Por tanto, condenamos sin matices la agresión injustificada de Rusia contra Ucrania, su pueblo y su identidad cultural.
Así, reunidos en Cáceres, los días 25 y 26 de septiembre, en la Reunión Informal de Cultura, todos los ministros de Cultura adoptamos esta Declaración en favor de la cultura para situarla al más alto nivel político y en lo sucesivo considerarla como un bien público esencial.
Porque la vida sin cultura es mera supervivencia.
Desde esta ciudad Patrimonio Mundial de la Humanidad, nos comprometemos a trabajar por que la cultura sea un elemento crucial de las políticas en favor de sociedades pacíficas, justas, e igualitarias. Porque la cultura juega un papel esencial en la construcción de sociedades democráticas y en el desarrollo personal de la ciudadanía: la cultura es esencial para lograr sociedades más sanas, justas, críticas, libres, tolerantes, integradoras e igualitarias. Por eso nos comprometemos, sin anticiparnos a los próximos debates post-2030, a trabajar para que la cultura sea reconocida en sí misma como un nuevo objetivo de desarrollo sostenible.
Y queremos citar las palabras de Federico García Lorca, pronunciadas en la apertura de una biblioteca en su pueblo natal, Fuente Vaqueros, en 1931, en las que hablaba de los libros como “horizontes, escaleras para subir a la cumbre del espíritu y el corazón”. Como Lorca, reconocemos el papel de la cultura en la construcción de personas más sabias, libres y felices, y nos comprometemos a trabajar por ellas. Porque queremos alimento para el cuerpo y el espíritu, queremos pan y queremos libros, queremos bienestar, justicia social e igualdad de oportunidades. Y queremos, reclamamos, y nos comprometemos a trabajar para lograr estos objetivos, para construir sociedades cultas, porque estas serán siempre más libres y mejores.
Cuando parece que la pandemia producida por el Covid-19 empieza a ser cosa del pasado, queremos recordar y agradecer la forma en la que la cultura se reveló imprescindible en aquellos días tan duros. La cultura es vida, salud, integración, resistencia y esperanza. La cultura nos une, nos vincula, nos integra. La cultura nos reconoce, nos abriga, nos acoge. La cultura abre puertas, rompe barreras, sana heridas y ofrece caminos para vidas y sociedades mejores. Cultura y vida nunca están separadas, sino que forman parte de un todo.
Porque la cultura es fuente de bienestar y riqueza. La cultura forma parte de la identidad europea compartida y también de la identidad de cada uno de los países que representamos. La cultura es irrenunciable, porque está en el corazón de nuestra historia y porque siembra el camino para el futuro. La cultura nos salva y nos separa del odio, la intolerancia y la barbarie. El compromiso con la cultura, con la libertad de los creadores y las creadoras, con sus derechos, sus condiciones de trabajo, el compromiso con la participación y el acceso, han de formar parte siempre de los objetivos de todos los poderes públicos. Porque la cultura nos define y es el camino para sociedades más libres, tolerantes, sostenibles, generosas y felices.
POR TODO ELLO, DESDE CÁCERES AFIRMAMOS:
Cultura es el corazón de la democracia.
Cultura es tolerancia, respeto y derechos humanos.
Cultura es libertad de creación y pensamiento.
Cultura es pluralismo, diversidad y riqueza.
Cultura es paz.
Cultura es identidad.
Cultura es igualdad.
Cultura es acceso universal e inclusión.
Cultura es participación de la ciudadanía en la vida cultural.
Cultura es salud, bienestar físico y mental.
Cultura es sostenibilidad y un camino a un mundo para las generaciones venideras.
Cultura es un elemento clave en la lucha contra el cambio climático.
Cultura es un elemento esencial de desarrollo económico.
Cultura es vidas dignas para los trabajadores y las trabajadoras de la cultura.
Cultura es patrimonio, historia y memoria, porque ahí están las semillas para el futuro.
Cultura es, en definitiva, un derecho de la ciudadanía que los poderes públicos y cada individuo tienen la obligación de salvaguardar. Por ello suscribimos hoy este compromiso, para que la cultura sea de ahora en adelante considerada un bien público esencial y un bien público mundial al más alto nivel político.
Declaración de Cáceres
Fuente de la noticia: https://spanish-presidency.consilium.europa.eu/es/noticias/declaracion-caceres/